sábado, 16 de abril de 2016

Violencia Laboral o Mobbing

"Situación en la que una persona con mayor jerarquía ejerce una violencia extrema, de forma sistemática, recurrente y durante un tiempo prolongado, sobre otra persona o personas en su lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que, finalmente, esa persona o personas acaben abandonando el puesto de trabajo".
Heinz Leymann - doctor en Psicología del Trabajo.

El concepto de mobbing es relativamente reciente. En sí, fue acuñado por el etólogo Konrad Lorenz quien observó un comportamiento particular en  determinadas especies animales: vio que en ciertos casos los individuos del grupo se unían, aliaban, para atacar sistemáticamente a otro miembro del grupo.
Para definir esta situación  utilizó el verbo inglés “To mob” que se define como atacar con violencia, de allí deviene el término que hoy nos convoca.
Lo más complicado del acoso moral y psicológico en el trabajo es detectar cuándo comienza y porqué. Hay que tener bien claro que el mobbing es intencional, dista mucho de ser un daño sin intención.  Para El Sistema Argentino de información Jurídica (www.saij.jus.gov.ar) las razones pueden ser de orden personal, o bien profesionales, obedeciendo a considerar en primer lugar las cualidades de la víctima.
Sean cuales fueran las  cualidades que reúne la víctima en su particularidad, o por lo menos para el hostigador o mediocre, conducen a este último a efectuar estrategias dirigidas a la destrucción física y moral de la víctima, ya sea por sentirlo una amenaza a futuro o solamente por la satisfacción de sus necesidades particulares (sí, señores, hay gente que goza con estos accionares y como  muchos de los procedimientos psicopáticos constan de un método observable).  
Se sostiene que el acosador primero observa, estudia a la víctima, averigua cosas de él para saber cuáles son sus puntos débiles a socavar, luego genera un conflicto responsabilizando a la víctima generando confusión en el entorno. Por último el hostigador pone en práctica toda la estrategia del acoso utilizando sistemáticamente y durante un tiempo prolongado una serie de comportamientos perversos para ridiculizar, atrapar socialmente y someter psicológicamente a la víctima hasta su desmoronamiento.  Esta es la parte más feroz del mobbing. 
El acosador, dada su mayor jerarquía, busca apoyo entre los demás miembros desacreditando al damnificado e incluso utilizando estrategias que implican represalias para los otros que no lo apoyen. Así es que generalmente la víctima se siente culpable llegándose a preguntar qué es lo que hace mal, de este modo comienza la angustia. Niega las evidencias de la agresión confundido por la pasividad, rechazo o ignorancia del resto del grupo al que pertenece. 
Es una etapa prolongada, sistematizada, sutil de agresión  ininterrumpida  que termina por roer el estado anímico de la víctima por acumulación de estímulos aversivos.  A continuación se mencionan algunos de los accionares más habituales implicados en el mobbin: 

 a) Ataque a la víctima a través de medidas organizacionales.

  •          Designar los trabajos peores o más degradantes.
  •          Designar trabajos notoriamente innecesarios, monótonos o repetitivos.
  •          Designar tareas notoriamente por debajo de sus  habilidades.
  •          No asignar ningún tipo de trabajo.
  •          Exceso de trabajo (presión injustificada o establecer plazos imposibles de cumplir).
  •          Cambios de puesto sin previo aviso, intentos persistentes de desmoralizar o retirar ámbitos de responsabilidad sin justificación.
b) Aislamiento social.

  •         Restringir las posibilidades de comunicación por parte del superior o de los compañeros, impidiéndole plantear lo que  sucede.
  •         Traslado a un puesto de trabajo aislado.
  •         Ignorar a la persona o no dirigirle la palabra.
c) Ataques a la vida privada de la persona.

  •          Críticas constantes a la vida privada.
  •          Atribución de fallos psicológicos y de falsas enfermedades.
  •          Burlarse de algún defecto personal.
  •          Imitar los gestos y cualidades de la víctima.
  •          Ataques a las actitudes y creencias políticas y/o religiosas.
d) Violencia física.

  •          Acoso o violencia sexual.
  •          Amenazas de violencia física.
  •          Maltrato físico.
e) Agresiones verbales.

  •          Gritar o insultar.
  •          Acoso o violencia sexual verbal.
  •          Críticas permanentes al trabajo de la persona.
  •          Amenazas verbales, humillaciones constantes.
Claro que todo esto es un proceso que comienza y se desarrolla prolija y minuciosamente, en el cual, todas las agresiones son ejercidas de tal manera que en muchas ocasiones todo transcurre muy solapadamente, así es que al principio la víctima llega, generalmente, a re-plantearse si realmente es víctima de agresiones o es el parecer de su percepción, el agresor confunde y lo hace adrede, aplica el doble discurso, lo aliena.  Para cuando la víctima toma conocimiento  de lo que pasa, ya está sometida y dañada por la agresión.  En el mejor de los casos puede buscar y acceder a la asistencia de psicólogos y/o psiquiatras conjuntamente con la de un buen abogado laboral.  
Por otro lado es importantísimo tener presente que se debe  conseguir
prontamente el contacto “0” con el agresor.



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