Hoy al cruzarme por la tarde con una
colega y preguntarle amablemente por sus recientes vacaciones, angustiada y
asombrada me dice: “Me la pasé internada con mi mamá, tuvo un acv (Accidente
cerebrovascular), pero lo más extraño es que no le quedaron secuelas” entonces pensé
en el principio de neuroplasticidad cerebral.
El andamiaje inicial del ser humano es su
sistema nervioso central, y sobre él se constituirá a posteriori la subjetividad,
devenida desde y con un Otro
posibilitador, aspectos que interactuarán, en salud, ya que no se
concibe el uno sin el otro.
Hoy ocupándonos del SNC, decimos que el
cerebro no presenta un mecanismo estático desde la perspectiva neurofuncional,
en realidad constituye un sistema activo, que se encuentra en un continuo cambio. Si bien el número de neuronas,
soma neuronal, permanece relativamente como componente estable, la comunicación entre ellas se encuentra
sometida a constantes modificaciones.
La plasticidad interviene en los procesos
del aprendizaje, esto se produce
mediante cambios en las conexiones sinápticas de las dendritas neuronales. Dichas dendritas componen aproximadamente el
95% de la superficie disponible de receptores que se relacionan con el
aprendizaje y las experiencias. Las
sinapsis tienen su mayor aumento en los primeros dos meses de vida, alcanzando
el máximo alrededor de los dos años, alcanzándose en estas edades tempranas la
capacidad de mayor plasticidad.
(Álvarez González, 2008)
El Sistema Nervioso es el que permite el conocimiento y dominio de todo
el cuerpo y su relación con el mundo externo y consigo mismo, la integración de los factores es dada específicamente por el encéfalo; éste
clasifica y selecciona por significativos
o no, los constantes estímulos recibidos del mundo externo, y así, a
través de esta función integradora se producen señales facilitadoras e
inhibidoras que tienen la capacidad de controlar la actividad sináptica,
permitiendo en ocasiones la misma y denegando la posibilidad en otras.
Cada persona, en la singularidad su experiencia, presenta variaciones en
la conexión de las células nerviosas, es decir, que no son las mismas en todos
los seres humanos, e inclusive son susceptibles de producirse variaciones en
las mismas a lo largo del tiempo; el hombre cuenta con la posibilidad de ir
adaptándose a las diferentes exigencias de su medio ambiente gracias a la
posibilidad de variación que posee la arborización dendrítica,
neurotransmisores y las diferentes comunicaciones corticales y subcorticales de
su sistema nervioso. Esto es lo que
permite que en numerosos casos donde hubo un daño cerebral la recuperación con la
rehabilitación correcta sea asombrosa. En ocasiones, es notable que se obtenga
una recuperación casi total u óptima, esto es así porque el cerebro cuenta con
la plasticidad para generar nuevas conexiones que suplantan a las afectadas, es
decir, cuenta con la posibilidad de una adaptación dinámica en sus
interconexiones para sostener una función primordial.
Es así que el desarrollo nerobiótico es plausible de
modificación a través de los estímulos y las particularidades del ambiente, y
es capaz de recuperar funciones por el principio denominado neuroplasticidad.
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